Bayne
era bastante tímido. Si veía a una mujer procuraba pasar de largo. Aunque
tenía ya 23 años de edad, conservaba
íntegramente su virginidad. Jamás había hecho el amor con una mujer. Por otra
parte, las nativas actuaban con naturalidad. Eran bastante coquetas y atrevidas.
Y para cualquiera, el doctorcito de los ojos azules resultaba atractivo.
Bayne era delgado, atlético y alto. Caminaba echando el cuerpo hacia
adelante. No volteaba a ningún lado.
Llevaba los ojos fijos, mirando de frente. Casi no sabía hablar español, aunque
lo había estudiado en la Universidad.
Las muchachas no eran precisamente delicadas y se dirigían a él sin
tacto alguno. Su conducta era completamente natural. Lo opuesto de lo que había
visto Thomas. En los círculos católicos, conservadores, adustos de Nueva
Orleans, las jóvenes mantenían un comportamiento sobrio y jamás se dirigían a
un muchacho al que no hubiesen sido presentadas previamente.
En la selva intrincada campechana, las niñas intentaban conquistarlo. Fracasaban porque
era tímido, sí, en extremo. En su condición de extranjero se sentía que estaba
en la lupa de la gente con que tropezaba. Nunca se hubiera metido a hacer la corte a una
mujer.
No obstante, en su plena
juventud, sentía deseos sexuales muy a menudo ya que ellas eran frondosas, cimbraban
las nalgas al caminar y por mucho que quisiera conservar la impasibilidad
anglosajona, sentía que la fuerzas eróticas cobraban un vigor inusitado al
percibir los efluvios de esas hembras.
Fue así que por fin conoció a una mujer espléndida y madura. Ella sintió
en ese momento que todas sus sospechas se hicieron reales puesto que él me
contó que era virgen. De hecho, cuando lo dijo se puso rojo, tembló su voz y la
mano que ella mantenía entre las suyas, y de plano se puso mucho más nervioso.., y ya no pudieron hacer nada. Entonces, ella le dijo que debían
esperar a que fuera algo natural sin forzar nada, que lo mejor era que
esperaran, y que cuando se sintiera cómodo lo intentarían nuevamente.
La chica contó
a sus amigas que le dijo al doctor,
las mismas palabras que a ella le dijo su primer novio. Les confesó:
--- Es más, ahora que mido todo, fui también yo quien empezó a
conquistarlo y quien ahora tiene que tratar que todo fluya de manera natural
para que él pueda sentirse cómodo y acceda a hacer el amor conmigo.
Y sucedió,
sucedió lo que tenía que suceder!!!
El tema de la virginidad masculina a partir de entonces resultó ser un tema que causó problemas en la vida de Bayne, sobre todo cuando era la chica quien ya poseía una experiencia previa y esta difundió entre sus amigas, en el pueblo, cómo manejaba sus pasiones y también sus comentarios sobre el amor con el extranjero.
El tema de la virginidad masculina a partir de entonces resultó ser un tema que causó problemas en la vida de Bayne, sobre todo cuando era la chica quien ya poseía una experiencia previa y esta difundió entre sus amigas, en el pueblo, cómo manejaba sus pasiones y también sus comentarios sobre el amor con el extranjero.
Alguien virgen en un lugar donde los muchachos tenía su primera
relación durante la adolescencia, dificultó
mucho las cosas, porque él se sentía muy intimidado por su experiencia y celoso
por mis anteriores parejas. Finalmente, cuando se dio cuenta que no fue nada
grato para él, le dijo que no había sentido gran cosa y que no consideraba
importante el tema del sexo.
Una lástima
puesto que cada mujer, no importa de qué lugar,
lleva en sí misma una experiencia
personal que le ayuda a mejorar en cada siguiente relación sexual. Pero había
más que lo exclusivamente erótico. Se trataba del orgullo masculino de Thomas
que se sintió avergonzado y fue víctima de chascarrillos y burlas de los
verdaderos machos del poblado.
Comprendió
tarde que “pueblo chico, infierno grandeª.
Así es que
Bayne abandonó el poblado lo más aprisa que pudo y se fue para no volver….
No hay comentarios:
Publicar un comentario